Desde luego que han cambiado muchas cosas en 3 años. Unas para mejorar y otras para aprender, pero hay muchos detalles como emprendedor que nadie nos enseña. 3 años como autónomo ya.
El 11 de septiembre del 2019 me daba de alta como autónomo. Ha sido una montaña rusa y de emociones a tope. Que he sufrido y disfrutado a la vez.
Pero en ese momento sólo pensaba en un objetivo, labrarme un futuro laboral y darle una buena base a mi hijo para sus estudios. Además, que como todos los padres, intentar ser el mejor.
Tocaba decidir en montar mi propio negocio o buscar un trabajo mejor.
Así que el 11 de septiembre hice 3 años como autónomo.
Conocí a muchas personas antes del día D. Vamos a cambiarlo por día A, de Alta o Autónomo.
El día A no lo pensé, pero si digo cuando tuve en mis manos el modelo 036, sabré si eres supersticioso o no. Y es que un 11 S… a nadie le mola la verdad.
Ya tenía un cliente y decidimos de esperar a que pudiese facturarle. Empezaron mis primeros errores, las facturas. Aún recuerdo que mi amigo Alfredo Giménez me enseñó alguna plantilla y es que quería mimar el mínimo detalle. Mis facturas no van reflejadas el IRPF y tuve que hacer rectificaciones, por ejemplo.
Entre nervios y buscar mis clientes, fue una locura. Pero me gustó mucho.
Tengo un problema, y es que me gusta resolver los problemas, y por eso 2 años antes de darme de alta, me decliné por comenzar con desarrollo web y solventar esos problemas a negocios pequeños. Lógicamente, con el paso del tiempo, mis objetivos no han cambiado, se añadieron más.
La gente tenía, tiene, problemas con su web o les falta “algo” para que puedan atender en su negocio a sus clientes. Hace unos días me encontré con un archivo de Excel donde guardaba las webs que veía en Zaragoza. Páginas que utilizaban WordPress, pero que necesitaban mejorar. Cuando tenía unos 10 enlaces, pues les enviaba a cada uno un correo con un enlace a un vídeo donde explicaba lo que podía hacer para ellos o mejorar.
Segundo error que cometí, no planear. Las propuestas no las planeaba y eso me hacían dudar en muchas ocasiones en cuanto precios, tiempos de entrega, etc. etc.
Trabajé en un coworking, El Patio de Recreo, y estuve muy cómodo, pero ahí estuve con Ricardo de Miguel. Compartimos nuestras experiencias, un proyecto juntos y muchos cafés.
Aunque después de la pandemia hemos intentado vernos, siempre hay algo que nos impide tomar ese café. Todo andará, nos conocimos en la WordCamp Zaragoza 2019 donde fuimos voluntarios y desde entonces siempre es un gusto saber de él.
Imagina empezar a estudiar, más en profundidad, WordPress y delante de ti tienes a la persona que te ha abierto la puerta a la comunidad y este magnífico CMS. Sí, pude saludar e intercambiar unas palabras con Fernando Tellado.
Sin duda alguna empezaba mi año con buen pie. Sabía que iba a estar bien mi primer año como autónomo, sin embargo, conocer a personas como Fernando, Pablo Moratinos, Ana Cirujano y un gran etcétera fue un subidón. Así ya me hice a la idea que estaba en la comunidad correcta, WordPress Zaragoza.
Comencé a conocer profesionales, clientes, ahora amigos.
Llegó el 2020, primero llegó la WordCamp Zaragoza 2020, donde estuve en la organización y me encargué de las redes sociales. No te puedes ni imaginar lo que aprendí. Conocí profesionales y la verdad, la organización estuvo de lujo.
El 5 de febrero, Merche Salas y yo, acudimos a Madrid para pasar el día con la comunidad de Elementor. Empezamos a crear la comunidad de Elementor Zaragoza.
La pandemia
Aquí ya comenzaron mis problemas. Al igual que todo el mundo, tuve problemas.
Mi facturación bajó a un 17%, al estar en casa, mi salud empeoraba por ser diabético y además problemas familiares que empezaron a salir como ampollas.
Cuento lo malo también, porque esto de emprender no es un camino de rosas. Tienes que pensar siempre en un plan B. Y si me conoces, sabes que soy un fanático de los planes B. El cuerpo y la mente se deben de cuidar y si tienes el amago de que tu cabecita te diga, «Lo supero todo con sangre fría.», olvídate, siempre puede ocurrir algo que te deje chafado. Exteriorizar la felicidad forzando a los demás creer que eres feliz, no es buena idea. No dejé de ser feliz, pero mis ganas de cambiar el mundo o crear uno mejor, lo estaba viendo distante.
Me di cuenta de todo esto cuando encontré a mi hijo de 8 años escondido detrás de una cortina llorando.
Pudimos por fin salir, con mascarillas, pero ya podíamos dar paseos y es que por prudencia, no podía salir ni a hacer las compras.
De repente, volví a facturar de nuevo y mi glucemia volvió a estabilizarse sin ayuda de las insulinas. Podía ir a comprar, tomar un café, volver las reuniones online aún y gestionar mejor mi emprendimiento.
Terminé el año bien. Igual en el 2021 tuve algunos «tropiezos», pero me he ido recuperando.
Conclusión
Lo que aprendí es que la falta de comunicación no es bueno. Que ambas partes deben de comunicarse siempre, pero además si hay problemas, indicarlos.
Que la pandemia fue una prueba de fuego para todos, puedo hablar del entorno que tuve, pero conocí otros.
